domingo, 25 de octubre de 2009

Libros a la calle




En comparación con muchos estudiantes de Duke en Madrid, yo paso más tiempo yendo a CEU que en las clases mismas. Por casi dos horas cada día, yo me encuentro apretada en un vagón del metro con cien desconocidos. Cada uno está absorbido en su propio mundo de iPod, lectura, juegos, o mantiendo conversaciones telefónicas mientras que yo siempre lucho por encontrar algo para entretenerme. Por lo tanto, estoy muy agradecida por la campaña de Libros a la calle. Durante 13 años, Madrid ha escogido una serie de obras de escritura para pegar a los muros del metros, autobuses y otros métodos de transporte publico dentro de la ciudad. Mientras estoy apoyada en la pared del metro, puedo mejorar mi viaje sumergiéndome en una fábula musulmana o unos versos de una obra teatro.

Creo que esta campaña tiene mucho que ver con nuestra conversación de “La Marca Española.” Colocando literatura de alta calidad en los lugares mas accesibles de la ciudad permite que muchas personas pueden exponerse a la cultura española y tener orgullo en sus acontecimientos. Además, los directores del programa quieren exportar esta imagen a los visitantes de Madrid afirmando que Libros a la calle es también, “dirigida a los viajeros de nuestra Comunidad.”

Sugiero que la próxima vez que cojáis el metro, busquéis el indulto breve de Libros a la calle para enriquecer su viaje.

-Grace Schutze

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo con lo que Grace dice sobre las lecturas pequeñas en el Metro. Me gusta tener algo para divertirme en el viaje largo de mi apartamiento a la universidad, pero a veces no tengo un libro ni mi iPod. También, me siento extraña si llevo un libro en inglés en un tren principalmente consta de hispanohablantes, o es que un libro es un peso adicional no deseado cuando ya llevo libros para clases, cuadernos, bolsa, y ropa de gimnasio. Además, es difícil centrar atención en algo para divertirme cuando al mismo tiempo estoy agarrando a un poste en el tren porque hay demasiada mucha gente y demasiado poco espacio en el que sentarse. En esta manera, fue una sorpresa agradable que un día estuve enfrente de uno de estas lecturas pequeñas en mi viaje a la universidad. Leí el texto y el poema dentro del texto. Después, sentía que el nivel de mi espíritu estaba subido durante el caos que es la conmuta a la universidad. Es claro que es cosas pequeñas en la vida, como esos, que son las cosas para agradecer. Estoy feliz a ver que el Metro pasa el tiempo en pensar y proporcionar estas cosas, y que Grace se da cuenta de estas cosas también.

    --Lauren Bledsoe

    ResponderEliminar
  2. He notado las obras breves en las paredes del metro, pero no sabía que son una parte de una campaña. Me gusta esta Campaña de Libros a la calle, porque es una manera buena de compartir obras de literatura con el público. Puede ayudar al crecimiento cultural en la ciudad y aumentar la presencia de literatura en la vida diaria de la gente. Además, es muy accesible para todos, porque mucha gente española usan el transporte público y pueden leer durante sus viajes. Puede ser una idea buena para hacer algo similar en Duke para los autobuses de Duke. Los estudiantes pueden compartir sus obras de literatura o cualquiera cosa con otros en una manera fácil.

    -Patricia Jo

    ResponderEliminar