lunes, 5 de octubre de 2009

Una Exploración de la Entrevista Esencial sobre la Educación Española



Con una actitud optimista y un comportamiento seguro, Ángel Gabilondo, el ministro de educación, promovió un pacto educativo durante una entrevista con ABC esta semana. Gabilondo ha adoptado la convicción que se podrá ver la viabilidad del pacto antes de la Navidad. Inspirado por un lío distinto entre el mundo educativo, Gabilondo abrazó un pacto que fomenta la universalización, la socialización y la extensión de la educación para reducir el número de los fracasos escolares en España. Entones, en la última semana Gabilondo ha intensificado sus reuniones con los representantes de los grupos parlamentarios para acelerar el proceso de reforma. Gabilondo reveló que el primer paso en ese proceso de reforma es la búsqueda para la estabilidad normativa, si se quiere disminuir el alto fracaso escolar y el prematuro abandono de las aulas de los jóvenes.

En la segunda parte de la entrevista, el entrevistador, Milagros Asenio, preguntó a Gabilondo “cuáles son las causas fundamentales de este problema”, Gabilondo contestó enfatizando unas causas sociales. Es decir que aunque el gobierno influye el dominio educativo, la familia tiene un papel importante en promover la educación también. Por ejemplo, el paro de casi 18% resultó en una deformación entre las prioridades entre la familia. Como Gabilondo anotó, “ha sido un momento de trabajo fácil en algunas áreas como el turismo o la construcción y muchas familias impulsaban el abandono escolar” (Oct 5 ABC 52). Por este abandono, Gabilondo trató de enfatizar la importancia de la formación cualificada para asegurar un futuro mejor. Aunque Gabilondo habló en términos abstractos y generales durante la entrevista, él propuso algunos pasos más concretos. Por ejemplo, Gabilondo dijo que quiere “hacer planes de hecho”, “abrir centros de referencia” y “poner en cada universidad un centro específico de Formación Profesional cualificada que tenga que ver con la actividad de la propia universidad” (Oct 5 ABC 52). Estoy de acuerdo con Gabilondo cuando sugirió que las prioridades entre la familia tuvieran que cambiar para resolver el problema educativo, sin embargo, pienso que hay otro aspecto político que ha afectado ese problema también.

El aspecto político que afecta la educación proviene por una batalla entre los partidos políticos adversarios. Cuando un nuevo partido político asume el poder del país, el partido cambia las leyes educativas. Esta instabilidad no promueve una fundación fuerte para el sistema educativo. Por ejemplo, el Partido Popular rechazó la Ley Orgánica de Educación de 2006; por eso, ahora el PP quiere borrar ella, reemplazándola con las leyes suyas. Entonces, esto me hace preguntar ¿cómo se puede construir una vertebral seguro para el sistema educativo, si las leyes que constituyen cada vertebrada está cambiando con cada etapa presidencial? Así, para resolver el alto fracaso escolar y el prematuro abandono de las aulas de los jóvenes, España tiene que trascender esas fronteras políticas. Es una lastima que la lucha contra el alto fracaso escolar haya convertido en una guerra política. Ese problema afecta las vidas de mucha gente, especialmente de los jóvenes; por eso, los partidos deben bajar sus espadas para que España pueda resolver el problema de la educación. Es decir que para lograr el pacto, los grupos políticos tienen que olvidar sus ideologías chocantes y enfocarse en el problema común—el sistema educativo débil. Así, por unas debilidades educativas que no discriminan entre los partidos políticos, es necesario que los partidos unan para resolver el problema pronto.

--Michelle Crow

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